...Tipografías del planisterio...

El verso murió

Testimonio del Emperador Amarillo (黃帝) Huangdi (黃帝)

Yo nací en una pequeña aldea del Lenguaje (母语), hace mucho tiempo. Un día, sin embargo, siguiendo las palabras de mis mayores, decidí abandonar la aldea para estudiar en la ciudad de Literatura (文学). Allí conocí el dorado palacio de la Gramática (语法), el asilverado palacio de la Retórica (辞藻) y el jaspeado Palacio de la Lógica (逻辑). Me formé como discípulo de todos sus maestros, hasta alcanzar por fin la dignidad necesaria para morar en el templo blanco de la Poesía (诗文). Allí cortesanos, sacerdotes y concubinas quisieron agasajarme, planeando que me quedara con ellos por el resto de mis días.

Sin embargo, pronto comencé a sentir que mi cuerpo enfermaba: de noche palpé cómo Tradición (传统) me agarrotaba, escuché cómo Verso (诗句) me embrutecía, vi cómo Libro (书) me obnubilaba, olfateé cómo Editorial (出版社) me hediondaba, probé cómo Academia (院校) me baboseaba la boca. De este modo descubrí cómo en Literatura (文学) mi mente mermaba y se alejaba cada día más del Cielo.

¿Por qué Lenguaje (母语) no hubo de ser suficiente? ¿Acaso palabrear no puede ser su propia alegría? ¿Es deber darle a esto más nombres, más pronombres, cada vez más puros y más refinados? ¿No fue en el Lenguaje (母语) donde la vida se hizo posible por primera vez?

“Todos las criaturas tienen siete orificios, por los que ven, oyen, comen y respiran; sólo el Lenguaje (母语) era plano y no tenía ninguno. Y así, Escritor (作者) y Filósofo (哲学家) le fueron haciendo un orificio cada día. Al séptimo día, Lenguaje (母语) murió.”